Tiempos difíciles para ser paciente

Ser paciente relativo a "padeciente" de una lesión o condición, aunque también son tiempos difíciles para tener y cultivar la virtud de la paciencia, pero eso será tema de otro artículo.

Evidentemente estamos en una etapa llena de retos que representan una oportunidad para demostrar de que estamos hechos. La dificultad y la adversidad deben ser vistas desde el lado positivo como una coyuntura que haga aflorar nuestras virtudes y nos haga mejorar aquellas que se necesitan para afrontarlas.

La dificultad necesita de una estrategia para ser enfrentada. La razón por la que ésta te vence es por el desorden en el diseño e implementación de dicha estrategia. Así te puedes encontrar haciendo ciertas cosas buenas pero de manera aleatoria, ante lo cual el impacto de tus acciones no es suficiente.

Son tiempos difíciles para ser paciente. Esto lo he pensado gracias a mis pacientes, quienes llegan a consulta con una incertidumbre enorme provocada por el exceso de información proveniente de médicos, fisioterapeutas, entrenadores, redes sociales, familiares, amigos y grupos de whatsapp; siendo gran parte de esta, una información contradictoria.

Hace unos 10 ó 15 años era mucho mas fácil la toma de desiciones. Lo que decía el médico era ley, aunque estuviera equivocado; por lo que el paciente tenía una preocupación menos (por ejemplo: el médico me ha dicho que debo guardar reposo). Sabemos que ahora es diferente por múltiples razones: información en la web, naturalidad en buscar una segunda y tercera opinión, pérdida de la autoridad y credibilidad en el sector salud, entre otras.

Entonces, ¿a quien se le hace caso?

No hay una respuesta sencilla, pero si existen algunos pasos para acercarte a ella.

Lo ideal sería tener una estrategia diseñada desde la prevención, es decir, cuando no estás lesionado. De manera casual busca algunas personas de tu confianza que hayan tenido experiencias previas de ciertas lesiones y pregúntales por médicos, clínicas, centros especializados, etc., que hayan visitado; y conversa sobre sus experiencias e impresiones, de tal manera que si llega a ser necesario ya tengas una base por donde empezar.

En caso de que ya tengas una lesión, lo primero es mantener la calma. Piensa en esas mismas 2 o 3 personas de confianza y pregúntales por alguna experiencia similar y recomendaciones de médicos o fisios. Evita preguntar en grandes grupos porque la gran variedad de opiniones puede ser abrumadora. Es bueno buscar otras opiniones médicas, evaluando como te sientes con cada profesional y que tan coherente y sensato es el tratamiento planteado.

Respecto a la información en internet y redes sociales debes ser cauto. Hay mucha gente creando contenido, así que mi recomendación es que sigas a personas que demuestren trayectoria en sus campos, pero que además compartan información contrastada y comprobable. El internet representa las dos caras de una misma moneda; por un lado es una solución y por otro es un problema. Ya sabemos de la dificultad de distinguir entre la información correcta y la falsa. Así que podríamos usar el mismo criterio anterior de elegir algunas personas que según tu sentido común, conocimientos e instinto; te transmitan sensatez en su información. Por último en este apartado, debes tener cuidado de como reaccionas ante la búsqueda de información, sobre todo si sientes que esto añade angustia o ansiedad. Ante una respuesta emocional exacerbada, aléjate del internet y consulta a tu médico.

Respecto a leer los informes de las radiografías y resonancias, ¡NO LO HAGAS! El especialista te dará las explicaciones pertinentes.

Son tiempos difíciles para ser paciente. Así que la mejor solución que te puedo ofrecer es intentar simplificar la toma de decisiones; eso implica soltar y confiar, sin que sea ciegamente ni tampoco dejar de lado tu instinto crítico y sentido común.

Ya te lo había dicho, no hay una respuesta sencilla, pero espero que estas recomendaciones te sirvan para que tengas un poco mas de paz y tranquilidad.

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