La ciencia en la Terapia Manual Ortopédica: una reflexión crítica
- Carlos J. Salinas
- 14 mar
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar
En los últimos años se ha vuelto cada vez más importante reflexionar sobre el papel de la ciencia en las profesiones de salud. A menudo, médicos, fisioterapeutas y entrenadores basan la toma de decisiones en su experiencia personal, ignorando estudios que podrían desafiar sus métodos. Esto se debe a que cambiar nuestra forma de pensar puede chocar con nuestra identidad profesional, pero es crucial entender que la ciencia nos ayuda a tomar decisiones más informadas, aunque a veces contradiga nuestras prácticas actuales.

La terapia manual ha sido una herramienta fundamental en el tratamiento del dolor y la recuperación funcional de los pacientes. Sin embargo, el campo de la fisioterapia ha experimentado una transformación significativa gracias a la evidencia científica. Lo que antes dábamos por sentado, hoy se reevalúa con una mirada más crítica.
El estudio titulado "The Dark Side of Musculoskeletal Care: Why Do Ineffective Techniques Seem to Work?" (El lado oscuro del cuidado musculoesquelético: ¿por qué técnicas inefectivas parecen funcionar?) aborda la paradoja de por qué ciertas terapias, que carecen de evidencia científica sólida, parecen ser efectivas para algunos pacientes en el tratamiento de afecciones musculoesqueléticas. Los autores analizan diversas metodologías (quiropraxia, rolfing, kinesiologia aplicada, osteopatia) que, a pesar de la falta de evidencia científica que las respalden, algunos pacientes reportan mejoras en sus síntomas. El estudio explora factores que podrían contribuir a esta percepción de eficacia, incluyendo el efecto placebo, la atención personalizada, el tiempo dedicado por el terapeuta, las expectativas del paciente y el efecto Hawthorne, en el cual un paciente puede modificar su comportamiento y reportar mejorías solamente por el hecho de tener un seguimiento regular y personalizado por parte del terapeuta. Por otro lado, se puede hacer una mención especial a la paradoja del costo irrecuperable (también conocida como la falacia del costo hundido - sunk cost fallacy) que describe la tendencia a seguir invirtiendo recursos en algo que ya no es rentable solo por no "perder" lo que ya se ha invertido, en el caso terapéutico sería interpretado como la inversión de tiempo y dinero.
Como terapeuta manual, he reflexionado sobre cómo transmitimos los efectos de nuestras intervenciones a los pacientes. Por ejemplo, antes se creía que con las manos o con algunos instrumentos podíamos modificar estructuralmente la fascia corporal, pero ahora sabemos que no hay evidencia sólida que respalde esto y que además es un concepto que ha sido cuestionado desde hace muchos años. Por ejemplo: en este artículo se hace una crítica la persistencia del modelo biomédico estructural en la terapia manual, destacando la necesidad de adoptar el modelo biopsicosocial basado en la ciencia para mejorar el manejo del dolor musculoesquelético crónico. En este otro estudio se analizan los posibles efectos mecánicos conocidos y teóricos de las técnicas de terapia manual en el tejido conectivo; mientras que en este último estudio se critica la explicación exclusivamente biomecánica de la terapia manual, sugiriendo que sus efectos terapéuticos se deben más a respuestas neurofisiológicas en el sistema nervioso central y periférico que a cambios estructurales en los tejidos. Esto no significa que los pacientes no mejoren, sino que los mecanismos por los cuales se produce dicha mejoría son más complejos y pueden estar relacionados con otros aspectos como los mencionados en el estudio previamente citado. Es esencial ser honestos con nosotros mismos y con nuestros pacientes, evitando transmitir información incorrecta reconociendo que uno de los mayores desafíos en la práctica clínica es aceptar que muchos de los efectos de nuestras intervenciones pueden no deberse a los mecanismos que tradicionalmente creíamos.
Otro ejemplo lo podemos ver en la visión que se tiene sobre la postura. Diversos estudios sobre la relación entre la postura y el dolor han puesto en duda la idea de que ciertas alteraciones posturales sean la causa directa de problemas musculoesqueléticos. Puedes revisar un ejemplo de ellos aquí. Esto no significa que la postura no importe, sino que a lo mejor sea conveniente promoverla por otros aspectos y no porque pensemos que una "postura correcta" vaya a prevenir una lesión. A pesar de esto, muchos profesionales siguen aferrados a explicaciones biomecánicas simplistas, a menudo por la dificultad de abandonar conceptos adquiridos en su formación.
La Responsabilidad del Profesional
Como fisioterapeutas, nuestra responsabilidad no es solo aliviar el dolor, sino educar a nuestros pacientes con información basada en evidencia. Decirle a un paciente que su dolor se debe a una "desalineación" puede generar miedo y una percepción negativa de su cuerpo, cuando en realidad su recuperación depende de múltiples factores, incluidos el movimiento, la actividad física y el bienestar emocional.
Es esencial que sigamos cuestionando nuestras propias creencias, adoptando una mentalidad de aprendizaje continuo. La ciencia no busca invalidar la terapia manual, sino entender mejor cómo y por qué funciona para optimizar su aplicación. Nuestro trabajo no es solo aplicar técnicas, sino comprender el contexto biopsicosocial del paciente y adaptar nuestras intervenciones de manera informada. El verdadero progreso en la fisioterapia no está en aferrarse a teorías obsoletas, sino en evolucionar con la evidencia para ofrecer un tratamiento más efectivo y ético.
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