Doris Sanchez
Soy venezolana radicada en RD desde hace 7 años. Tengo a mis padres conmigo, los cuales ya tienen 90 años. Mi padre como proceso natural de su edad, tiene dificultades para caminar, y permanentemente se quejaba de dolores en las piernas. Decidí, después de mi experiencia con Carlos, pedir que evaluara a mi padre.
Mi padre asistió a varias sesiones, donde Carlos con firmeza, cariño y disciplina, le enseño que su problema era tanto de postura como debilidad muscular, producto de la edad. Mi padre ansiaba que llegara el día de su terapia, porque las disfrutaba muchísimo y realmente llegaba cambiado a la casa. Después de haber pasado varios meses, en muchas ocasiones el quisiera volver donde Carlos.
Esta experiencia, personalmente me enseño, que el manejo que yo tenía hacia de mi padre, limitándolo y haciéndole todo, no era lo recomendable, que mi actitud no ayudaba, por el contrario, Carlos me enseñó solo ayudarlo cuando realmente existiese una necesidad real. Me enseñó a entender que el ya no cambiaría y que era yo quien debía desarrollar paciencia y disciplina para manejar a este hermoso personaje de 90 años.
Carlos no solo le mejoro su condición física sino que fue un guía, imparcial, del manejo de mi padre.